jueves, 28 de abril de 2016

Calorías de bebidas alcohólicas y el mito ¿Ingerir alcohol destruye neuronas?



Generalmente, cuando se tiene previsto una salida nocturna, un compartir entre amigos o quizás un cumpleaños, se tiende a ingerir alcohol. Sin embargo, la gran mayoría de personas no se da cuenta de la cantidad de calorías que tienen las diferentes bebidas y erróneamente se abusa del consumo de las mismas, independientemente de si se está o no en un plan de alimentación. La bebida preferida por millones de venezolanos es la cerveza, que contiene aproximadamente 43 calorías por cada 100 ml, es decir, una botella de cerveza de 222 ml contiene 95 calorías, o lo mismo que decir 1/3 de una hamburguesa; relativamente nada comparado las 300 calorías que aportan 100 ml de Vodka.

Pero para no satanizar las bebidas alcohólicas, cabe destacar que la cerveza no es la única fuente de alcohol, sin embargo generalmente es la más económica en el mercado.  No obstante, antes de todo esto, hay que explicar o resolver un mito muy popular y viral en diferentes países. ¿En realidad las bebidas alcohólicas destruyen neuronas? La respuesta contundente es NO.


Si bien en estudios realizados a bebedores, dieron como resultado la pérdida de memoria, trastornos de conducta, déficit de atención y demencia, y que el cerebro se encoje (según revelan estudios por resonancia magnética), el alcohol NO destruye neuronas, es decir, el número de neuronas no desciende por beber. Aunado a este argumento, en un estudio de 1994 publicado por The Lancet, dos neurólogos daneses comprobaron que el número de neuronas de la corteza cerebral, que es donde tiene lugar el razonamiento, entre bebedores y no bebedores era idéntico.


Por otra parte existen algunos beneficios de la “Levadura de cerveza” que, consumida de forma moderada ayuda al organismo; alto contenido de vitamina B, combate el estreñimiento, activa el sistema inmune, regenera la flora intestinal y regula funciones de la glándula tiroides.

Entonces sabiendo todo esto, quizás sea de interés conocer de manera general la cantidad de calorías que tienen las principales bebidas alcohólicas, esto para no sobrepasar el límite cuando se ingieren ocasionalmente.


Cantidad de calorías por cada 100 ml de bebida.

  • · Cerveza 43 calorías
  • · Anís 297 calorías
  • · Cerveza sin alcohol 22 calorías
  • · Champaña 76 calorías
  • · Ron 231 calorías
  • · Sangría 96 calorías
  • · Tequila 110 calorías
  • · Tinto de verano 49 calorías
  • · Vino tinto 85 calorías
  • · Vodka 300 calorías
  • · Whisky 244 calorías


Tomando esto en cuenta, la recomendación seria hacer el esfuerzo e ingerir bebidas que aporten menos calorías, para llevar un control de una vida saludable y que no afecte de manera directa la alimentación diaria. Otro punto importante cuando se sabe que de noche se pretende salir, es disminuir la cantidad de calorías ingeridas durante el desayuno, merienda y almuerzo, es decir, comer menos ese día; para de esta manera en la noche, no sobrepasar el gasto calórico energético diario. Ingerir alcohol ocasionalmente no es dañino si se modera su consumo, sin embargo si se abusa de este mismo, se pueden generar situaciones desfavorables afectando al páncreas, hígado, sistema circulatorio y desencadenando enfermedades letales como la cirrosis hepática.



martes, 19 de abril de 2016

EL MITO DE LA YEMA DE HUEVO



Ya es cotidiano leer tantos rumores acerca de la yema del huevo; que no debe consumirse porque eleva el colesterol, produce enfermedades cardiovasculares o conlleva a la arteriosclerosis. Sin embargo, esto no es del todo cierto, pues comúnmente recomiendan la ingesta de solo la clara del huevo por razones de aporte calórico, ya que el 81% de las calorías del huevo está en la yema. Ahora bien, no es que la yema del huevo genere esta serie de enfermedades, sino que su continuo abuso en la ingesta diaria, aunado a otros factores predisponentes como el sedentarismo o la obesidad, puede desencadenar un riesgo de empeorar ciertas patologías si no se controla desde un principio.

Un huevo entero aporta aproximadamente 75 calorías y 6.3 gramos de proteína; una clara de huevo aporta 17 calorías y 3,6 gramos de proteína. De esta manera 4 claras de huevo son 14,4 gramos de proteína y solo 68 calorías, un dato sumamente importante a la hora de hacer un plan de alimentación ya que, se come mayor cantidad de alimento y menos calorías. Sin embargo se estaría desperdiciando el valor nutritivo de la yema del huevo.

La yema contiene además de grasas, proteínas, vitamina B, vitamina A, vitamina D, minerales (Hierro, Zinc, Selenio, Fósforo y Calcio), la Luteína, un excelente antioxidante y la Colina, un nutriente que ayuda a la formación del tejido cerebral y beneficia la memoria, pudiendo prevenir enfermedades como el Alzheimer y la demencia senil.



Según el Dr. Juan Madrid Conesa, médico especialista en Endocrinología y Nutrición en el Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia, España; “La grasa de la yema de huevo tiene más ácidos grasos monoinsaturados que saturados y, además, tiene ácidos grasos poliinsaturados. Los ácidos grasos monoinsaturados aumentan el colesterol bueno (HDL), y los ácidos grasos poliinsaturados disminuyen el colesterol. Por tanto, el perfil de los ácidos grasos de la yema del huevo es favorable para el organismo, forma parte de lo que se llama grasa cardiosaludable”.



Por otra parte con respecto a la clara del huevo, un estudio realizado por la Universidad de Missouri en Estados Unidos, asegura que "consumir alimentos ricos en proteína como la clara de huevo en el desayuno, ayuda a controlar el apetito a lo largo del día". Esto se debe al aumento de actividad de la zona motriz cerebral que controla la saciedad y la recompensa.

Todo está en la cantidad del alimento, según la Organización Mundial de la Salud, consumir 10 huevos enteros a la semana no supone riesgo alguno para una persona “sana”, por consiguiente 1 a 2 huevos diarios en el plan de alimentación estaría acorde a un balance nutritivo estable.






miércoles, 13 de abril de 2016

EL CAFÉ, UN ENERGIZANTE NATURAL




Para muchas personas no existe mejor manera de comenzar el día que con una taza de café, y es que esta bebida ayuda a mantenernos atentos y despiertos bien temprano por su alto contenido de cafeína; Esta sustancia es un estimulante que permite al sistema nervioso central, entrar en un estado de alerta y aumentar  temporalmente  la energía en el organismo. Además, mejora el estado de ánimo y es rico en antioxidantes, tanto que, generalmente los consumidores regulares de café obtienen la principal fuente de antioxidantes del mismo, pese a que en las frutas se encuentran en mayor cantidad.

Es normal que se tenga una inquietud por la cantidad de calorías de cada alimento que ingerimos, sin embargo, esta bebida no debe preocupar en lo absoluto; Mediante estudios tecnológicos, Livestrong en Español  publica que una taza de café contiene aproximadamente 8 Calorías netas por taza, es decir menos del 1% del requerimiento calórico diario, lo que no supone ningún aumento abrupto calórico la ingesta de café. Claro está, que si se adiciona otro tipo de elementos a esta taza de café, su composición calórica varia e incrementa considerablemente, la leche y el azúcar son los principales complementos de esta bebida estimulante.



Ahora bien, ¿Cuantas tazas de café se pueden tomar diariamente? El famoso Medico Cirujano Cardiotorácico Mehmet Cengiz Öz, mejor conocido como El Dr. Oz, explica que 1 taza de café al día es suficiente para ayudar a prevenir los cálculos biliares, pues favorece la disminución del colesterol en la bilis, lo que reduce el riesgo de sufrir esta condición dolorosa. Sin embargo, estudios recientes argumentan la posibilidad de tomar de 3 a 5 tazas de café al día, debido a la cantidad de cafeína existente en el grano y la capacidad del cuerpo humano de soportar la carga de este estimulante durante el día. También cabe destacar que el café es un energizante natural, por lo que se recomienda generalmente ingerir 1 taza de café unos 30 a 45 minutos antes de realizar actividad deportiva (sobre todo en el entrenamiento matutino), pues gracias a su efecto estimulante aumenta la capacidad energética del cuerpo humano.

viernes, 8 de abril de 2016

¿Es hambre o sed?



Es común que con la actividad diaria, el trabajo, las diligencias y todos los quehaceres realizados en nuestras vidas, a veces comamos lo que haya, lo que sea más fácil o lo que esté a nuestro alcance. Comenzamos la jornada temprano y poco a poco a medida que pasa el día, incorporamos comidas cuando sentimos que comienza la sensación de hambre, sin embargo hay veces que nos preguntamos ¿Por qué hay días en los que comemos más que en otros?

      Quizás pensamos que es el tipo de comida, o las horas en que las ingerimos, y si, esto tendría sentido en cierta parte. No obstante, ¿Te has puesto a pensar si en realidad tomaste suficiente agua en aquellos días donde la “ansiedad” hizo que acabaras con la despensa? Es una pregunta lógica pero que casi nadie se toma un momento para hacérsela. En un post anterior publiqué Agua para nuestras vidas, el cual refleja la importancia del agua en nuestro organismo y las principales funciones que cumple en todo sistema de nuestro cuerpo. En este sentido, existe una cierta particularidad con la confusión en cuanto a sed y hambre, que quizás es la misma por la cual muchas personas que incrementan su peso, ponen toda su culpa en la “ansiedad”.



      La Dra. María Paula Estela Villegas, Co-Fundadora de Live Life Nutrition For The Soul, explica en su artículo ¿Es hambre o es sed?,La mejor estrategia es cargar una botella o termo. Tener otra en el puesto de trabajo, y al principio trabajar en crear el hábito. Luego el cuerpo te pedirá sin que te des cuenta, tu consumo de agua promedio”. Esto explica de manera clara que podemos acostumbrar al cuerpo a que nos indique cuanta cantidad de agua debemos suministrarle diariamente. Para este caso, uno de los métodos más eficaces para el reconocimiento de sensación de vacío consiste en que cuando tengamos las “ansias” o hambre, tomemos un vaso de agua, esperemos de 10 a 15 minutos y verificamos si seguimos con la sensación de vacío, si persiste, debemos hacernos algunas interrogantes como: ¿Hace cuanto fue la última vez que comí? ¿Qué cantidad de alimento ingerí en mi última comida? Esto nos dará un diagnostico aproximado de la veracidad que tenemos si en realidad es hambre (porque tenemos mucho tiempo sin comer) o si simplemente es sed. Esta técnica de reconocimiento puede repercutir en la eliminación de algunas calorías extra que pudiésemos ingerir de forma errónea por no saber en realidad que está sucediendo en nuestro estómago

      Generalmente, las personas que han  perdido el control de su peso no realizan un debido consumo de agua y por ende eliminan alguna sensación de vacío con cualquier tipo de alimento. Esto conlleva al exceso de acumulación de grasa y puede desencadenar principalmente sobrepeso y enfermedades cardiovasculares. Debemos tomar conciencia de las consecuencias que puede desencadenar el simple hecho de pensar que tenemos ansiedad, cuando en realidad nuestro cuerpo lo que nos pide es agua.


                 

viernes, 1 de abril de 2016

¿Comer carbohidratos de noche engorda?



Quizás en algún momento de tu vida escuchaste a alguien decir que comer carbohidratos después del mediodía engorda, porque lo leyó en algún lugar, o que cierta persona desayuna de una manera abrupta, almuerza racionalmente y cena de forma escasa para mantener su peso normal. Siempre es bueno hacerte la interrogante y ver más allá de solo un texto escrito quizás sin base científica ¿Es necesario implementar esto de desayunar como rey, almorzar como príncipe y cenar como mendigo para no ganar peso?

Ahora bien, para explicar esto de una manera clara es necesario recordar lo que es el Gasto Energético Total; es la cantidad de calorías que utiliza nuestro cuerpo diariamente, las cuales deben ser ingeridas durante el día para cubrir los requerimientos básicos de energía del organismo.

 En este sentido, existen las calorías que consumimos mediante los alimentos. Estas calorías se queman en forma de energía durante el día, mediante la respiración, el funcionamiento del corazón, el trabajo laboral, la actividad física, y demás actividades diarias. Así mismo, si el balance de calorías consumidas y quemadas es neutro, el peso corporal se mantiene. Con esto se puede explicar la variabilidad de las calorías, si se consume más de lo que se quema habrá aumento de peso, si se quema más de lo que se consume habrá pérdida de peso.



Aunado a esto, se puede poner como un ejemplo una persona, cuyo gasto calórico energético es de 2.500 Calorías al día,  obviamente necesita obtenerlas de los alimentos para su requerimiento diario. Si antes de cenar esta persona lleva ingeridas 1.500 Calorías y en la cena ingiere 500 Calorías serian 2.000 en total, entonces independientemente de los carbohidratos que pueda llegar a cenar no va a almacenar tejido adiposo (grasa), porque se consume menos de las calorías gastadas por su cuerpo durante el día.


Esto explica relativamente la preocupación de mucha gente por no comer hidratos de carbono luego del mediodía, ¿Acaso el estómago sabe cuándo es de noche para convertir todo lo que comes en grasa y almacenarla en el cuerpo? NO. Claro está, que no vas a comer poco en el desayuno y en el almuerzo para luego abarrotarte de comida por esta explicación, o que vas a comer alimentos con poco contenido nutritivo con tal de no pasarte de las calorías diarias,  sino que se debe mantener siempre un equilibrio durante el día de los alimentos que consumimos. Siempre y cuando el gasto de energía sea mayor que el que se consume, no habrá mayor problema por aumentar de peso.