lunes, 5 de diciembre de 2016

¿Deberíamos beber algo más que agua?



Desde un punto de vista dietético, el agua y los alimentos proporcionan los nutrientes necesarios para que nuestro organismo funcione. Los jugos naturales o los batidos de leche deben ser clasificados como "Alimentos Líquidos" y no como bebidas.

Ahora bien los refrescos, cada vez mas utilizados en la sociedad, están de alguna manera malgastando el presupuesto familiar; pues no aportan nada importante al organismo y en una gran cantidad de ocasiones, aumentan la falta de apetito en los niños, cambiando los alimentos por refrescos.

Desde el punto de vista químico, cada gramo de alcohol aporta 7 Kilocalorias al organismo aproximadamente, las cuales se denominan "Calorías vacías" pues no proporcionan ningún nutriente. Por desgracia, las bebidas alcohólicas al carecer de vitaminas, utilizan las que están almacenadas en el organismo para poder degradarse, lo que origina un déficit vitamínico; sabiendo ésto, las famosas "resacas" vienen dadas por una ingesta excesiva de alcohol y se corresponden en muchos casos con el déficit de vitamina B12 en nuestro cuerpo.

Pero a ver no todo tiene que ser malo, existe una bebida que contiene unas excelentes propiedades y es ingerida a nivel mundial: El Vino. Entre las propiedades con fines terapéuticos parece resaltar una posible prevención de algunas enfermedades cardíacas, la capacidad de destrucción de algunos virus y bacterias, así como también el aumento del colesterol bueno o HDL. Sin embargo, si se consume en grandes cantidades puede producir migrañas, cirrosis hepática, arritmia cardíaca o estar vinculado a distintos tipos de cáncer. A su vez en los niños esta totalmente contraindicado y en los adultos pudiese ser una opción para una vida saludable siempre y cuando se respete la moderación en su consumo.