domingo, 14 de agosto de 2016

¿CARNE ROJA O CARNE BLANCA?



El color es solo un indicativo al momento de determinar un tipo de carne, pues éste no afecta su valor nutritivo ni el grado de digestibilidad en nuestro organismo.

La carne está constituida por una proteína que se llama mioglobina, ésta proteína es la que digamos colorea de forma intensa o suave las carnes, en este sentido, por la mioglobina es que clasificamos las mismas en blancas o rojas por la variabilidad del pigmento.

Cuando la mioglobina entra en contacto con el aire se oxida rápidamente, es por ello que la carne a medida que pasa el tiempo pierde su color rosado y se va tornando cada vez mas opaca ¿Les ha pasado? No quiere decir que está mala, sino que su nivel de mioglobina ha variado.



Independientemente del color de la carne, sí existen diferencias de composición entre las mismas. Del modo que, el porcentaje de proteínas varía de unas carnes a otras, sin embargo se utiliza un valor medio para englobar a todas de un 20%. El porcentaje de grasa influye todavía más en la clasificación, pues varía entre el 1% en la carne de caballo hasta el 45% en la de cerdo. Así mismo, las carnes de las aves, pescados o conejo contienen una baja proporción de grasa frente a las otras que por lo general son muy elevadas.

El azúcar es un componente que no se encuentra en las carnes, lo contrario a la cantidad de agua (50-80%). Además contienen hierro, fósforo, potasio, calcio y magnesio, así como vitamina B12, B2 y B3.

lunes, 1 de agosto de 2016

¿POR QUÉ HAY PERSONAS QUE NO TOLERAN LA LECHE?



La leche contiene un azúcar llamado LACTOSA, que es digerida en el intestino por una enzima que se llama LACTASA. Una gran mayoría de la población humana carece de lactasa, es decir, son intolerantes a la lactosa de la leche porque no tienen ésta enzima capaz de digerirla. A pesar de pensarlo quizás de manera obvia, lo relevante no es la mayor o menor frecuencia de consumo de leche, sino que depende única y exclusivamente de factores hereditarios.

A escala mundial el porcentaje de intolerancia supera el número de personas que toleran le leche sin problema alguno. Los vómitos y las diarreas son manifestaciones más comunes de ésta intolerancia y vienen siendo los síntomas principales para determinar o diagnosticar un caso de intolerancia a la lactosa.




¿Cuántas veces después de tomar un café con leche, hemos sentido la necesidad de ir al baño, asimilándolo al poder laxante del café? ¿No será que en muchos de nosotros existe realmente un déficit de lactasa que genera cólicos, dolores de estómago, o diarrea inmediata? Quizás ahora esto tiene sentido, analicemos a profundidad nuestros hábitos, tomando el control de ellos y pongámonos en manos de un especialista que pueda determinar con propiedad una posible intolerancia a la lactosa y una alternativa como la leche deslactosada, la leche de almendras, leche de soya, entre otras. No podemos olvidar que la gran mayoría de los adultos humanos hemos perdido esta capacidad para digerir la leche con el pasar de los años y este fenómeno, pese a ya ser común, genera incógnitas actualmente a nivel mundial.