Este par de conceptos generan una
polémica actual que agobia a la gran mayoría de personas buscando cambiar sus
estilos de vida o la manera de consumir los alimentos diariamente. Pero, en
realidad ¿Qué diferencia un concepto del otro?
Primero y principal cada uno de los
conceptos se define dependiendo de la manera en que lo interprete cada
individuo. Cuantas veces hemos escuchado gente diciendo que “Están a Dieta” y
no pueden comer harinas, ni grasas, ni azúcar, ni sal, ni NADA. ¿Entonces que
comen? La definición de Dieta tiene entre sus parámetros la restricción del
consumo de ciertos alimentos que según “son dañinos” o perjudican
paulatinamente la modificación del estilo de vida de las personas sin saber que
se pueden consumir en cantidades específicas. En mi opinión llamar dieta al
consumo de alimentos suena como un régimen del que no te puedes desviar,
implica un cambio brusco en la cotidianidad de la vida debido a la eliminación
repentina de ciertos alimentos sin la oportunidad de comerlos en escasas
cantidades, lo que viene siendo un engaño permanente, ya que no tendrás un
vigilante al lado que supervise lo que has comido y lo que dejas de comer.
A ver, claro está que los alimentos
procesados (tortas, galletas, golosinas, refrescos, entre otros) son
perjudiciales para la salud debido a que pueden desencadenar enfermedades así
como alterar valores químicos en nuestro organismo y por ende debe evitarse su
consumo. Pero ¿Por qué eliminar de nuestro menú aquellos alimentos no
procesados que nos gustan o estamos acostumbrados a comer?, ¿Por qué comer
todos los días arroz en el almuerzo, o pan en el desayuno, o frutas en la cena debido
a que así lo dice una dieta o ciertas personas lo afirman? Para responder estas
interrogantes entra en juego lo que es un Plan de Alimentación, que significa
la distribución de todos los alimentos que debemos consumir en el día según
nuestro Gasto Energético Total (GET), es decir, según las calorías que gastemos
en el día bien sea caminando, trabajando, limpiando, entre otras actividades.
Un plan de alimentación no es más que la variabilidad de los alimentos en
cuanto a porciones, para no implementar
siempre la misma rutina al comer que lleva a veces a la renuncia por parte de
las personas.
Teniendo en cuenta ambos conceptos,
queda a criterio de cada persona enfocarse en una dieta o establecer un plan de
alimentación según parámetros. Lo recomendable es optar por la segunda opción, siendo
un punto importante el momento de evaluar el progreso de las personas de forma
semanal, mensual, trimestral, y así sucesivamente, puesto a que la eliminación
completa de algún alimento causa un impacto psicológico importante en la
persona. En reiteradas oportunidades cuando se deja un alimento por una “dieta”,
termina por volver a nuestras comidas habituales y esto hace que nos sintamos
culpables por no haberlo eliminado.
Esto no debería ser así; Siempre y
cuando tengas un Gasto Energético Total establecido, puedes variar entre un
sinfín de alimentos para que no te incorpores a un régimen unitario llamado
coloquialmente dieta y puedas educarte y aprender cómo se puede variar el tipo
y la cantidad de alimentos obteniendo resultados beneficiosos. Sin embargo hay
que aclarar que para poder perder peso
es necesario gastar más calorías de las que consumimos en el día. Bien sea
caminando, trotando, nadando, montando bicicletas, o cualquier otro tipo de
actividad física.
Claro está que para determinar la
cantidad de alimentos que debes consumir al día según tu Gasto Energético Total,
es necesario que te pongas en control con un especialista para que te evalúe,
solo el podrá realizar tu plan de alimentación.
Excelente artículo, educativo y verdadero!
ResponderBorrarExcelente artículo, educativo y verdadero!
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